Gobierno Petro condiciona consulta popular a la aprobación de la reforma laboral en el Congreso

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En medio de un ambiente político tenso, el Gobierno del presidente Gustavo Petro abrió la puerta a desistir de la controversial consulta popular, siempre y cuando el Congreso apruebe la reforma laboral presentada por la Cámara de Representantes. Así lo anunció este jueves el ministro del Interior, Armando Benedetti, quien dio detalles sobre los alcances de una eventual negociación con el Legislativo.

La consulta popular, que ha sido duramente cuestionada por sectores de oposición y que ya fue archivada por el Senado el pasado 14 de mayo, sigue siendo una carta que el Ejecutivo mantiene sobre la mesa. Según Benedetti, si el texto aprobado por la Cámara —elaborado con apoyo de centrales obreras, sindicatos y empresarios— logra conciliarse con el que se discute en la Comisión Cuarta del Senado, el Gobierno podría reconsiderar su llamado a las urnas.

“Si ese texto de la Cámara se asemeja mucho a lo que apoye la plenaria del Senado, en ese futuro hipotético, uno podría pensar entonces que no habría, o se podría pensar en que no se llamaría a la consulta”, explicó el ministro.

Benedetti también afirmó que el Gobierno está dispuesto a hacer ajustes al articulado, especialmente en temas sensibles como la contratación por horas, que ha generado fuerte resistencia en sectores laborales. “Si a lo que salió aprobado en la Comisión Cuarta le quitan lo de contratar por horas y se le hacen pequeños ajustes, se podría pensar que no se necesita la consulta”, puntualizó.

A pesar del anuncio, el Ejecutivo sigue preparando el decreto con el que pretende convocar a la consulta popular de manera directa. El documento, según Benedetti, ya estaría redactado y se sustenta en los presuntos vicios de procedimiento ocurridos durante la votación del Senado, a los que el presidente Petro ha calificado como “fraude” y “trampa”.

El decreto contemplaría que sea la Corte Constitucional la que revise su legalidad, lo que abre un nuevo frente de tensión institucional. Allí, el Gobierno considera que podría tener un terreno favorable para su causa.

De prosperar la iniciativa, la consulta popular se llevaría a cabo entre la última semana de julio y los primeros días de agosto. El cuestionario incluiría doce preguntas centradas en los derechos laborales de los trabajadores, tal como lo había anunciado el presidente Petro en sus intervenciones públicas.

Negociaciones políticas en curso

Mientras tanto, Benedetti reconoció que ya está en conversaciones con varios sectores políticos, incluyendo algunos partidos de oposición, con el objetivo de destrabar el camino legislativo de la reforma laboral. “Lo que hay que hablar es con los diferentes actores políticos de la plenaria del Senado. Habría que ver qué sucede”, expresó.

Al ser consultado sobre el presidente del Senado, Efraín Cepeda, Benedetti respondió de forma escueta pero significativa: “Efraín no me ha de querer mucho”, reflejando el ambiente de fricción que rodea la discusión.