
El menor de 15 años señalado como responsable del atentado contra el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay no aceptó los delitos imputados por la Fiscalía General de la Nación durante una audiencia reservada realizada ante un juez especializado del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (SRPA).
El joven, que compareció de forma virtual, se declaró inocente frente a los cargos de tentativa de homicidio agravado y porte ilegal de armas de fuego, alegando que portaba el arma “por defensa personal”. No obstante, las autoridades confirmaron que el arma utilizada en el ataque —una pistola Glock calibre 9 mm— fue comprada en el año 2020 en el estado de Arizona, Estados Unidos.
Los hechos ocurrieron el pasado domingo durante un evento político en el Parque El Golfito, al norte de Bogotá, cuando Uribe Turbay recibió varios impactos de bala en la cabeza. El atentado generó una rápida reacción de sus escoltas, quienes persiguieron y lograron aprehender al menor, que actualmente se encuentra en recuperación médica en una clínica del suroccidente del país.
Miguel Uribe permanece bajo pronóstico reservado en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Santa Fe, donde fue intervenido quirúrgicamente. Su esposa, María Claudia Tarazona, ha agradecido públicamente las muestras de apoyo recibidas.
Entre tanto, la fiscal general, Luz Adriana Camargo, anunció que el menor no será recluido con adultos y que se solicitó una medida de internación en un centro especializado para adolescentes, bajo custodia del ICBF. Por ahora permanece bajo resguardo en el búnker de la Fiscalía.
El caso ha desatado una profunda conmoción nacional. Camargo, junto al director de la Policía, general Carlos Fernando Triana, no descartan hipótesis políticas: “Podría tratarse de un golpe a la oposición, una estrategia para desestabilizar el país, o una respuesta de grupos armados ilegales inconformes con los avances del proceso de paz”, afirmó la fiscal.
Un total de 251 agentes de la Fiscalía y la Policía trabajan en el esclarecimiento del hecho. Se han recolectado más de 1.000 videos y se investiga el posible involucramiento de un segundo atacante, dado que en la escena del crimen se encontraron 12 casquillos de dos armas distintas.
Las autoridades también analizan una pista clave: el teléfono móvil del menor, que podría aportar información crucial para identificar a los autores intelectuales del atentado.