Jóvenes de Soacha se reúnen para construir paz desde sus cuerpos y territorios

Bajo el lema “Cuerpos que resisten, jóvenes que construyen paz”, se llevó a cabo el Desayuno por la Paz en la Casa Ernestina Parra, ubicada en el barrio San Luis de Soacha. La actividad convocó a jóvenes, lideresas comunitarias y organizaciones sociales en un espacio de reflexión, diálogo y construcción colectiva en torno a la paz y el papel transformador de las nuevas generaciones.

El encuentro, que inició a las 8:00 a.m., estuvo enmarcado en la metodología del “Desayuno por la Paz”, promoviendo una conversación abierta acompañada de bebida caliente y una lluvia de ideas alrededor de preguntas como: ¿Qué significa vivir en paz? o ¿Qué pueden hacer los jóvenes para construir paz en sus comunidades?.

Durante la jornada, se proyectó el audiovisual “Manifiesto de la Juventud: la generación de la verdad”, elaborado por la Comisión de la Verdad. Este material sirvió como punto de partida para un conversatorio donde los y las asistentes compartieron experiencias personales, reflexionaron sobre la importancia de la participación juvenil en los procesos de reconciliación y propusieron estrategias para fortalecer el liderazgo de mujeres y jóvenes en sus territorios.

Uno de los momentos más significativos fue la actividad “Cómo lo vemos en el territorio”, en la que, usando el mapa de Soacha, los participantes imaginaron comunidades construidas desde la dignidad, la autonomía y la paz, destacando la importancia de resistir las violencias cotidianas a través del arte, la memoria y el trabajo comunitario.

Este evento fue organizado por la Casa Ernestina Parra y contó con el respaldo de organizaciones como el Colectivo de Pensamiento y Acción Mujeres, Paz y Seguridad, la Global Network of Women Peacebuilders (GNWP), la Fundación Escuelas de Paz y el Gobierno de Canadá. Su propósito central fue visibilizar el rol activo de la juventud y las mujeres en la construcción de paz, en línea con las Resoluciones 1325 y 2250 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que promueven su participación en los procesos de decisión y reconciliación.

El encuentro cerró con un acto simbólico de agradecimiento e invitación a seguir trabajando por la paz desde los entornos cotidianos, reforzando la idea de que es posible transformar los territorios desde lo local, con la fuerza de los cuerpos que resisten y las voces que exigen verdad y justicia.