Todo listo en la Capilla Sixtina para el Cónclave que elegirá al nuevo Papa

A pocas horas del inicio del Cónclave que designará al 267.º sucesor de San Pedro, la Capilla Sixtina se encuentra completamente acondicionada para recibir a los más de 130 cardenales electores. Las imágenes difundidas por los medios vaticanos muestran un espacio preparado con esmero, donde arte, espiritualidad y precisión técnica se conjugan en uno de los momentos más solemnes de la Iglesia católica.

Los preparativos, liderados por la Dirección de Infraestructuras y Servicios del Vaticano, han movilizado a más de 60 trabajadores —carpinteros, técnicos, electricistas y floristas, entre otros— para acondicionar tanto la Capilla Sixtina como los alojamientos en la Domus Sanctae Marthae. Entre las labores realizadas destacan la instalación del suelo técnico, el montaje del mobiliario ceremonial y la revisión de los sistemas eléctricos y de climatización. Todo ello bajo estrictas medidas de confidencialidad y con un equipo que incluye personal veterano de anteriores Cónclaves.

También ha sido preparada la llamada “Sala de las Lágrimas”, donde el futuro Papa vestirá por primera vez la sotana blanca tras aceptar su elección. La ceremonia comenzará mañana, 7 de mayo, con la misa Pro eligendo Pontifice en la Basílica de San Pedro. Posteriormente, los cardenales ingresarán en procesión a la Capilla Sixtina, donde, tras el tradicional “Extra omnes”, quedará sellado el perímetro del Cónclave. Se espera que las puertas de la Capilla Sixtina, donde los religiosos se reunirán a votar, se cierren a las 16:30 (hora local de Roma) para dar inicio oficialmente al Cónclave 2025.

Las votaciones se desarrollarán en sesiones de mañana y tarde, exigiéndose una mayoría de dos tercios para validar la elección, conforme a la constitución apostólica Universi Dominici Gregis. Si se alcanza el consenso, el humo blanco anunciará al mundo la elección del nuevo Pontífice, seguido por la histórica proclamación del Habemus Papam desde el balcón central de la basílica.

Más allá del ceremonial, la Capilla Sixtina —con sus frescos restaurados de Miguel Ángel, Botticelli y otros maestros— se convierte en un espacio de profunda reflexión, donde cada escena bíblica interpela a los electores en su misión trascendental. “Todos somos conscientes de que la Iglesia se muestra al mundo en este momento”, afirmó el ingeniero Silvio Screpanti, subdirector de Infraestructuras, “y queremos contribuir con profesionalismo y respeto a esa imagen de sobriedad y eficacia que la ocasión exige”.

Con todo dispuesto, el mundo aguarda expectante el desenlace de este proceso milenario en el corazón del Vaticano.