Murió Asfixiado en el Maletero: La Tragedia de Maxi, el Perrito que Viajaba con su Familia

Lo que prometía ser un viaje familiar se convirtió en una pesadilla. El pasado 19 de julio, Maxi, un perrito de año y medio, falleció por asfixia tras ser obligado a viajar en el maletero de un bus intermunicipal de la empresa Copetran. La familia del cachorro denuncia negligencia por parte del conductor y hace un llamado a revisar urgentemente las condiciones del transporte de mascotas en Colombia.

Gabriela Nava y su pareja habían planificado cuidadosamente su regreso de Maicao a Medellín. Al comprar los tiquetes, informaron que viajaban con su mascota y se ofrecieron incluso a pagar un valor adicional para que Maxi pudiera ir con ellos en la cabina, como lo hizo en el trayecto de ida sin ningún inconveniente.

Sin embargo, en el viaje de regreso, el conductor del bus se negó rotundamente a permitir que el perrito viajara en la parte superior. “Dijo que no era el primero ni el último perro que viajaba en el maletero y que nosotros no sabíamos más que él”, relatan los dueños, todavía con la voz quebrada por la indignación.

Durante una parada, dos horas después de iniciar el viaje, revisaron a Maxi y lo encontraron aparentemente en buen estado. Le dieron agua, lo acariciaron. Pero la tragedia ocurrió a mitad del trayecto, cuando una pasajera notó que algo no estaba bien: “Ese perrito se estaba muriendo”, alertó.

Cuando finalmente abrieron el compartimiento, Maxi apenas se movía. Fue trasladado de urgencia a un veterinario cercano, pero ya era tarde. El diagnóstico: asfixia por golpe de calor. La constancia médica señaló responsabilidad directa del conductor.

“Nos pedían que no denunciáramos, que ellos nos pagaban el perrito”, aseguran los dueños con impotencia. Pero no se trataba de un objeto reemplazable. Maxi era un miembro más de su familia.

Hoy, tras su cremación, sus cenizas descansan en un pequeño altar en su hogar. La familia ha decidido contar su historia para que ninguna otra mascota —ni ningún otro hogar— sufra una pérdida similar.

La indignación crece en redes sociales, donde ciudadanos y organizaciones animalistas exigen respuestas a Copetran y una reglamentación clara que garantice los derechos de los animales en el transporte público.