
El mundo católico vuelve sus ojos hacia la Ciudad del Vaticano, donde este jueves, poco antes del mediodía, una columna de humo blanco emergió del tejado de la Capilla Sixtina, marcando uno de los momentos más solemnes y esperados para la Iglesia católica: la elección de un nuevo Papa.
Tras días de cónclave, los cardenales reunidos en la Santa Sede han llegado a un consenso. Aunque aún no se ha revelado oficialmente la identidad del nuevo pontífice, el tradicional anuncio del “Habemus Papam” se espera en los próximos minutos desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.
La elección sucede tras la muerte del Papa Francisco, cuyo pontificado marcó una era de apertura, reforma y cercanía con los más vulnerables. La expectativa mundial crece en torno a quién llevará ahora el timón de una Iglesia que enfrenta desafíos contemporáneos en lo espiritual, lo social y lo político.
Miles de fieles y turistas se han congregado en la Plaza de San Pedro, entre vítores y oraciones, a la espera del nombre que será inscrito en la historia de los sucesores de San Pedro. Con cada minuto que pasa, la emoción se intensifica: el mundo aguarda al nuevo pastor de más de mil millones de católicos.