
Una reciente inspección realizada por el Ministerio de Trabajo a 263 tiendas D1 y 6 centros de distribución reveló una serie de irregularidades que estarían vulnerando los derechos laborales de cientos de trabajadores de esta reconocida cadena de supermercados.
El operativo, que forma parte de las acciones del Gobierno Nacional para vigilar el cumplimiento de las normas laborales, encontró serias deficiencias en las condiciones de trabajo al interior de los puntos de venta. Entre los principales hallazgos destacan:
Sobrecarga laboral, con una sola persona a cargo de múltiples funciones dentro de la tienda.
Tiempo de descanso insuficiente, limitando el almuerzo a solo 30 minutos sin horarios definidos.
Falta de mobiliario adecuado, como la ausencia de sillas para cajeros, lo que implica jornadas de pie durante horas.
No pago de horas extras y descuentos salariales arbitrarios sin justificación clara.
Accidentes laborales no reportados y condiciones inseguras, como bodegas pequeñas y pasillos bloqueados que dificultan la movilidad.
Ante estos hechos, el Gobierno anunció la conformación de una mesa de diálogo con representantes de Tiendas D1, trabajadores y entidades de control, con el objetivo de garantizar el respeto a los derechos laborales establecidos en la legislación colombiana.
El senador Antonio Sanguino se pronunció al respecto, señalando que este tipo de situaciones no pueden seguir ocurriendo en un país que lucha por mejorar las condiciones laborales y el bienestar de su población trabajadora.
El caso de D1 reabre el debate sobre la precarización del trabajo en el sector retail y la necesidad de mayor fiscalización por parte de las autoridades competentes.