
Un grupo de 31 soldados profesionales se graduó como enfermeros operacionales del Ejército Nacional, listos para brindar atención médica en zonas rurales y de difícil acceso. Su presencia en cada pelotón representa un respaldo vital en situaciones de combate, donde actuar en los primeros minutos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
La formación se desarrolló en Bogotá, con el acompañamiento de la Escuela de Logística del Centro de Educación Militar y la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud. Durante el proceso, los soldados fueron entrenados en maniobras de reanimación, control de hemorragias, estabilización de heridos y evacuación táctica. Además, participaron en simulaciones de ataques reales para perfeccionar su respuesta en escenarios de alto riesgo.
Con esta estrategia, el Ejército refuerza su capacidad operativa y protege no solo a sus tropas, sino también a las comunidades donde realiza presencia. Los nuevos enfermeros están preparados para enfrentar emergencias en campo abierto y apoyar misiones humanitarias en zonas apartadas del país.


