Diez años de la Ley Rosa Elvira Cely: el legado jurídico que marcó un antes y un después en Colombia

Este 2025 se cumple una década desde la entrada en vigencia de la Ley 1761 de 2015, mejor conocida como Ley Rosa Elvira Cely, una norma que transformó la manera en que el sistema judicial colombiano aborda los asesinatos de mujeres por razones de género.

Promulgada el 6 de julio de 2015, esta ley no solo tipificó el feminicidio como delito autónomo, sino que también estableció sanciones más severas y abrió el camino para el reconocimiento jurídico de una realidad que antes era ignorada o tratada como homicidio común.

La ley nació tras el brutal asesinato de Rosa Elvira Cely, una mujer de 35 años que fue golpeada, abusada sexualmente y dejada gravemente herida en el Parque Nacional de Bogotá el 24 de mayo de 2012. Su muerte generó conmoción nacional y encendió una alarma sobre la violencia extrema que viven muchas mujeres en Colombia.

El caso impulsó una ola de movilizaciones sociales y exigencias ciudadanas que obligaron al Congreso a reconocer el feminicidio como una forma de violencia estructural, no como hechos aislados o producto de “crímenes pasionales”.

Con la Ley 1761, Colombia dio un paso histórico en la protección de los derechos de las mujeres. La norma estableció que el feminicidio es el asesinato de una mujer por razones de su género o identidad de género, y fijó penas que pueden superar los 40 años de prisión.

Además, envió un mensaje claro: matar a una mujer por el hecho de ser mujer no puede seguir siendo tolerado ni minimizado.

En esta década, la ley se ha convertido en una herramienta clave para visibilizar la gravedad del feminicidio y ponerlo en el centro del debate público y político. También ha servido para exigir respuestas más contundentes por parte del Estado.

Gracias a esta norma, las cifras se empezaron a diferenciar: ya no se habla solo de homicidios de mujeres, sino de feminicidios, lo que ha permitido mejorar el registro, el seguimiento de casos y la presión social sobre las instituciones.

A pesar del avance legal, organizaciones de mujeres denuncian que la implementación sigue siendo deficiente. Muchos casos no son tipificados correctamente, las fiscalías no siempre investigan con enfoque de género y las medidas de prevención no han logrado detener el crecimiento de la violencia feminicida.

Diez años después, la Ley Rosa Elvira Cely sigue siendo un referente legal fundamental, pero también una deuda pendiente con miles de mujeres que aún viven en riesgo.

Recordar esta ley es también recordar a Rosa Elvira Cely y a tantas otras mujeres que han sido víctimas de feminicidio. Su nombre no solo quedó inscrito en un código penal: se convirtió en un símbolo de resistencia, justicia y memoria.