Bogotá declara alerta amarilla hospitalaria: urgencias están colapsadas

Foto: Alcaldía de Bogotá

La medida se mantendrá activa mientras la ocupación hospitalaria supere el 90 %

La Secretaría Distrital de Salud de Bogotá declaró alerta amarilla en toda su red hospitalaria pública debido al alto nivel de ocupación en los servicios de urgencias y hospitalización. La medida busca fortalecer la coordinación entre instituciones de salud y garantizar la atención médica oportuna ante el aumento de la demanda.

Dos factores principales explican esta presión sobre el sistema: el primer pico respiratorio del año, asociado con la temporada de lluvias, y las dificultades estructurales que enfrenta el sistema de salud a nivel nacional.

Según Gerson Bermont, secretario Distrital de Salud, “estamos afrontando una problemática compleja de congestión en urgencias. Aunque hemos tomado medidas como el aumento de la hospitalización en casa, seguimos viendo un nivel de ocupación muy alto en los servicios de salud de la ciudad”.

Datos del Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (CRUE) revelan que, entre el 14 y el 23 de mayo de 2025, la ocupación en hospitalización pediátrica pasó del 90 % al 94,3 %. En las Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricos, el nivel aumentó del 88,6 % al 95,1 %.

El panorama en los servicios de urgencias es aún más alarmante: al 21 de mayo, el 75 % de las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) presentaban una sobreocupación promedio del 250 %. En las IPS con atención pediátrica, la cifra alcanzó el 350 %. Además, un 23 % de estas instituciones reportaron una ocupación total.

La alerta amarilla se mantendrá mientras los niveles de ocupación superen el 90 %. Su levantamiento solo se considerará cuando la ocupación descienda al 85 %, permitiendo un monitoreo constante de la disponibilidad hospitalaria.

Ante el incremento de enfermedades respiratorias, sobre todo en menores de edad, la Secretaría Distrital de Salud recomienda reforzar medidas de autocuidado. Estas incluyen: mantener el esquema de vacunación al día (especialmente contra influenza, tosferina y sarampión), lavarse las manos con frecuencia, evitar aglomeraciones, usar tapabocas si se presentan síntomas gripales y no visitar a niños o personas mayores estando enfermo.

Estas acciones buscan frenar la propagación de virus respiratorios y aliviar la presión sobre el sistema de salud.

La Secretaría también advirtió que las dificultades del sistema de salud a nivel nacional están agravando la situación. La reducción en la capacidad de las EPS, los retrasos en la entrega de medicamentos y la interrupción de tratamientos han llevado a más ciudadanos a recurrir directamente a urgencias.

A esto se suma la llegada de pacientes de otras regiones del país, cuya atención en Bogotá ha incrementado la carga sobre la red pública capitalina.

“La capital está respondiendo con solidaridad, pero eso también impacta nuestra capacidad. Reiteramos nuestro llamado al Gobierno nacional para que revise la insuficiencia de la UPC y tome decisiones de fondo. La salud de las personas está primero y la inacción está profundizando la crisis”, concluyó Bermont.