
En el año 2014, Soracá ingresó al Ejército Nacional a los 16 años, impulsado por su vocación de servicio. Su padre, maestro de construcción, y su madre, vendedora en la plaza de mercado del municipio, lo apoyaron incondicionalmente en su decisión de convertirse en suboficial. Para hacer realidad ese sueño, fue necesario adquirir un préstamo bancario que cubriera la matrícula y los gastos en la Escuela Militar de Suboficiales Sargento Inocencio Chincá.
Durante 11 años, el cabo primero Soracá ha servido con honor y compromiso en la institución. En paralelo a su carrera militar, logró formarse como ingeniero de sistemas, título que le permitió postularse para un cupo en la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova, con el propósito de continuar su carrera como oficial.
En medio de lágrimas y profunda emoción, él y su familia recibieron la excelente noticia: gracias a su destacado desempeño militar, físico y profesional, fue admitido para formar parte del curso extraordinario que da paso a los futuros oficiales del Ejército Nacional.

El señor coronel Jesús María Garzón, director de la Escuela de Armas Combinadas del Centro de Educación Militar, resaltó el trabajo y compromiso del suboficial, a quien exhortó a continuar fortaleciendo su perfil profesional en beneficio de la misión constitucional que los soldados están llamados a cumplir.
Esta historia es un ejemplo de superación para todos los hombres y mujeres de la Fuerza, quienes, a lo largo de los años, trabajan arduamente para superarse y contribuir al cumplimiento de la misión institucional.
