
Habitantes del sector aseguran que las fiestas, el consumo de licor y las peleas son constantes en el Parque Nacional, especialmente durante la noche. Denuncian que la situación afecta el descanso y la seguridad de quienes viven cerca, pues incluso un motociclista perdió la vida el pasado 3 de agosto tras chocar con una valla presuntamente puesta por los manifestantes.
Según las versiones de la comunidad, algunos de los indígenas consumen licor en vía pública, se presentan riñas, y los menores que están con ellos también reciben trago. Además, acusan que se enfrentan a la Policía y a gestores de diálogo. “Se adueñaron del Parque, pero para dañarlo, porque cuidarlo no lo hacen”, aseguran.
Los residentes hacen un llamado urgente a la Alcaldía de Bogotá, al Gobierno Nacional y a las entidades responsables, para que se les garantice el derecho al descanso y a la seguridad. Piden una solución inmediata antes de que ocurran nuevas tragedias.