Un joven de 18 años fue asesinado a plena luz del día en el suroccidente de Bogotá. El hecho ocurrió justo cuando la Alcaldía presentaba cifras alentadoras sobre la disminución de crímenes violentos en la ciudad.
La tarde del viernes en la localidad de Kennedy fue interrumpida por un violento ataque sicarial que dejó como víctima a un joven de tan solo 18 años. El crimen, perpetrado alrededor de las 5:30 p.m., ocurrió en plena vía pública, cuando un sicario descendió de una motocicleta y disparó en repetidas ocasiones contra la víctima, que murió en el lugar de los hechos.
La escena fue presenciada por varios vecinos del sector, quienes, entre el temor y la indignación, alertaron a las autoridades. El sicario huyó inmediatamente del lugar en la misma motocicleta, conducida por un cómplice, y hasta el momento no se ha logrado su captura.
El hecho coincidió con el anuncio del Distrito sobre una supuesta disminución en los homicidios en la capital, lo que ha generado escepticismo e inconformidad entre los habitantes de Kennedy, una de las zonas más afectadas por la violencia urbana.
“El Distrito dice que la seguridad mejora, pero aquí seguimos viviendo con miedo”, señaló un residente del barrio, aún consternado por lo ocurrido.
El Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía asumió los actos urgentes. De acuerdo con el coronel Andrés Obando, comandante operativo de seguridad ciudadana, ya se están recolectando testimonios y revisando grabaciones de cámaras de seguridad cercanas al lugar del crimen. Las autoridades no descartan que se trate de un ajuste de cuentas.
Este nuevo caso de sicariato reabre el debate sobre la efectividad de las estrategias de seguridad en Bogotá y la capacidad de respuesta de las fuerzas del orden ante fenómenos delictivos organizados.